Hola,
tuvimos que hacer nuestra visita al veterinario,
por aquello
de renovar vacunas y
chequeo general perruno.
Nuestra veterinaria,
es una señora muy simpática,
que no solo tiene la clínica para perros
y gatos,
como suelen tener la mayoría,
sino también atiende a otros
animales,
que tienen que ver con la gente
que trabaja en la agricultura.
Es decir los campesinos,
que también los hay.
Es una persona con los pies en la tierra
como dicen aquí
y sobre todo hace lo que tiene que hacer
y
no se excede
con tratamientos especiales,
que suelen costar un ojo de la cara.
En todo caso a esta perra
que le encanta salir
y olisquear todo lo que hay,
por lo que sea en
cuanto llegamos a la sala de espera,
se empieza a quedar quitecita y pegada a mi.
Meterla en la consulta y ponerla
encima de la mesa de consulta es algo
que solo funciona
si yo la cojo en brazos y la pongo ahí,
Por lo que sea
esa mesa le da pánico.
Después de la inspección
normalmente la veterinaria le da una golosina para perros
que aquí le llaman leckerli,
mi perra la huele,
la mueve con la pata
y la deja ahí
como diciendo :
" si crees que un una golosina me compras
te equivocas" y
muy digna se sienta delante de la puerta de salida
esperando que nos vayamos,
mientras yo termino los tramites de pagar
y recoger el carnet del perro,
donde constan las vacunas.
La veterinaria que ya la conoce,
siempre se ríe y dice
no va a cambiar,
pensando que la perra tiene 11 años,
le digo
"no, parece que no".
Después de intercambiar un par de frases
nos vamos.
Salimos de la consulta y
mi perra vuelve a ser" perra normal"
sin asustarse ni mirar recelosa aquí o allá.
Saludos felices y perrunos
de
Luna y Maitea
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