Samstag, 8. März 2014

¡ Qué maravilla de tiempo!
andamos todos alborotados con esta primavera temprana.
Ya aparecen  las primeras flores.
Hoy paseando por el campo vimos todas estas cosas y la caseta de los guardias forestales.

La verdad es que las casetas son preciosas.
Hasta ahora no he visto que las usen mucho,
Tampoco creo que necesiten ocultarse tanto de los animales, ya que estos son bastante confiados.

Hoy por ejemplo paseando con la perra y ésta como siempre olisqueando por aquí y por allá  salto, de la cuneta  o de entre unos arbustos pequeños  justo al lado del camino, una liebre.
Nos quedamos la perra y yo casi petrificadas, aquello era enorme, casi tan grande como la perra.
Tan paradas nos quedamos que la perra ni siquiera salió corriendo
del susto o de la sorpresa, no sé.


Esto me trajo a la memoria una noticia de creo hace unos cuantos años,
la noticia en cuestión era que un campesino alemán habia criado unos conejos enormes e
incluso había ganado un premio,
Salió en  la prensa contando que le habian comprado una pareja de estos conejos en Korea del norte,
para criar allí este tipo de conejos,  que tienen alrededor de 7 kilos de carne y los más grandes pueden llegar  a 10 kilos.

 Con que fines mejor ni decirlo.  ¡ Ya os lo imagináis!
Bueno pues después de ver esta liebre, porque para conejo era muy grande, me quedé  pensando sino sería uno de estos que se le  había escapado.
Después de este encuentro seguimos paseando  como si nada.








Punto de observación

  Als nordkoreanische Diplomaten bei Karl Szmolinsky in Eberswalde anklopften, verstand er sie zunächst nicht. „Kilo, Kilo, Fleisch, Fleisch“, sollen sie immer wieder gesagt haben. Dabei ging es ihnen um den Deutschen Riesen Robert und seinesgleichen.

Esta era la noticia, del 2007 en el Süddeutsche.(periódico del sur de alemania)
Viene a decir algo así como que:
cuando los diplomáticos nordkoreanos llamarón a la puerta del Sr. Karl Szmolinsky en Eberswalde,
al principio no entendió nada. Kilo,kilo, carne,carne" decian y repetian.
Les interesaba el gran Robert alemán (el conejo que crió el sr. Szmolinsky) y sus semejantes.



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